Les pido que hagan una pausa y piensen en esta afirmación: El peso de la responsabilidad que nos ponemos y el perdón que no damos.
Todos tropezamos alguna vez en nuestras vidas. Nos han salido palabras de la boca bajo coacción porque estamos agotados. Hemos experimentado ira, impaciencia y miedo, todas las grandes emociones que pueden abrumar nuestra cordura. Esas emociones pueden dirigirse tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.
Quizás te encuentres luchando por calmar a la persona afectada, ¡admirable, sin duda! Pero ¿con qué frecuencia te perdonas a ti mismo cuando eso sucede?
Hace poco escuché sobre la experiencia de Dan Harris. Dan es un ex presentador de noticias de ABC que tuvo un ataque de pánico en vivo al aire en 2004. Su experiencia lo llevó a renunciar a su puesto y explorar los beneficios de la meditación. Al encontrar esto útil con la ansiedad y la depresión, su objetivo se convirtió en compartir esta experiencia con más personas.
En su charla TED, Los beneficios de no ser un imbécil contigo mismo, muchas cosas me llamaron la atención en su experiencia y exploración de su humanidad.
Como cuidadores, esa autocrítica interna puede darnos una paliza cuando algo sale mal con la persona a la que cuidamos. Cambiar la forma en que reaccionas a eso es algo que Dan señala en este video, "desarme radical", como él lo llama. Echarte FUERA del ciclo de la paliza es algo que me llamó la atención.
Todo lo que hacemos comienza dentro. No puedes cuidar de los demás a plena capacidad si estás agotado, abrumado y te has olvidado una vez más de hacer algo por ti mismo.
Paralelamente, el lenguaje que utilices contigo mismo y tus respuestas ante esas situaciones desequilibrantes es fundamental. Nuestra programación y reacciones son tan poderosas en nuestra vida diaria. Pueden volver como la pólvora sin previo aviso y causar estragos en nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás.
En lugar de continuar con el ciclo de golpes, Dan habla del desarme de nuestro crítico interno. El momento en que sucede algo, y ese crítico sale disparado: "¡No puedo creer que hayas hecho eso!" - pausa. Pon tu mano sobre tu corazón y di: "Está bien, cariño, estoy aquí para ti". Ya sea que uses el término "cariño", como dice Dan, depende de ti, pero el poder de interrumpir ese momento, el cambio de energía, ¡es ENORME!
Das mucho a los demás. Empieza por darte a ti mismo emocionalmente también. Cometerás errores. La forma en que reaccionas ante ellos se superpone a tu psique interna. Entonces, ¿por qué no tomar esa energía y alterarla para bien?
Abrazos,
Cyndi Mariner
Breathing Spaces
